Elsy Alpire Vaca
La selva aquieta sombras en la sábana del monte
En la sombra del monte los silencios se funden con la noche
En aparente calma la selva no descansa, solo cambia sus esencias
Sereno el cielo en sombras de la noche tenebrosa
En cerradas tinieblas brillan las estrellas
Y los misterios se despiertan y andan
Incontables árboles mecen sus ramas y hojas con el viento
Rosas tiemblan al abrir sus pétalos rubí, lirios en botones lloran
Gerundios muestran corolas de marfil, taropes hablan, gotas cantan
Bejucos se columpian cual si fueran enormes y dorados hilos
Derramando largura vigorosa como si fuesen plateadas víboras
Que bajan para besar el suelo haciendo desertar andantes
Sale un ángel de cristal levitando con sus manos blancas
Es media noche en el magnético paraje y de su encanto
Aparecen las miras y las voces negras que susurran al pasar
De misteriosos ojos que brillan en la oscuridad
Hojas verdes que titilan de rocío mirándose al espejo
En el iris de fanales quietos de extendidos lagos con aguas claras
Los jardines naturales se encienden con la aurora
Se alza la doncella misteriosa y busca su destino
La noche que se va muere al nacer del nuevo día
Pupilas irisadas que se abren y salen de sus nidos
De aves soñolientas que acaban de volar
Dejando a sus polluelos la tibieza de sus nidos
Y llueve en los caminos de la estrada siringuera
Esa nueva y flamígera esperanza que vive la floresta
Convierte en río lleno de resinas que impregna a los mortales.
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Hace 10 años
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